CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Un mes sin beber alcohol: cómo impacta en el cuerpo suspender el consumo

03.01.2023

En Estados Unidos y el Reino Unido se lanzan cada año desafíos para que las personas dejen la bebida durante 30 días. La salud rápidamente experimenta una mejora. Los expertos debaten cuán efectivos son para promover el abandono de la bebida

Un mes sin beber alcohol: cómo impacta en el cuerpo suspender el consumo
En Estados Unidos y el Reino Unido se lanzan cada año desafíos para que las personas dejen la bebida durante 30 días. La salud rápidamente experimenta una mejora. Los expertos debaten cuán efectivos son para promover el abandono de la bebida

El cáncer, la insuficiencia cardíaca y la diabetes, entre otros problemas de salud crónicos, tienen una alta incidencia entre las personas que beben alcohol regularmente. Durante el punto más álgido de la pandemia por COVID-19, el consumo de esas bebidas en muchos países creció de manera desmesurada. En Estados Unidos y el Reino Unido se ha visto desde hace tiempo que este hábito perjudica a muchas personas y se han lanzado iniciativas para estimular el abandono o la recuperación de un consumo moderado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los expertos coinciden en que no existe un nivel de consumo saludable: no tomar alcohol es la mejor forma de evitar futuros problemas de salud. Una investigación publicada en julio último en The Lancet fue la primera en informar sobre el riesgo de alcohol de acuerdo con la región geográfica, la edad, el sexo y año de cada informe analizado, y fue llevado a cabo por el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.

El trabajo analizó 30 años de datos de personas de 15 a 95 años de edad de 204 países y territorios recopilados por el Estudio de Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo del Instituto, que rastrea la muerte prematura y la discapacidad de más de 300 enfermedades. Los investigadores evaluaron que 1.340 millones de personas en todo el mundo consumieron cantidades dañinas de alcohol en 2020 y que algo más del 59% de esas personas tenían entre 15 y 39 años y más de dos tercios eran hombres.

Uno de los desafíos que promueven el consumo moderado es Octubre Sobrio (Sober October), surgido hace unos 10 años en los países anglosajones, que invita a permanecer 30 días sin beber alcohol. Se trata de un reto muy conectado con la tendencia del bienestar y el estilo de vida saludable. Y es, además, una buena excusa para dejar de beber alcohol temporalmente.

Octubre Sobrio se generó cuando la organización de salud juvenil australiana Life Education recaudó dinero mediante la creación de la campaña “Ocsober”. Luego, apareció Go Sober For October, una organización benéfica del Reino Unido, que recaudó 5 millones de libras en 2017 para Macmillan Cancer Support. Desde ese momento, la organización inglesa de ayuda contra el cáncer pide a la gente que se involucre en el Sober October y deje de consumir alcohol para recaudar fondos para ayudar a las personas con cáncer. Todo el dinero recaudado se destina a la lucha contra el cáncer en el Reino Unido.

Otro acontecimiento similar es el llamado Dry January (Enero Seco). Decenas de miles de personas inician cada nuevo año participando en un desafío de sobriedad de un mes de duración que lleva ese nombre. El evento es ampliamente visto como una prueba temporal de fuerza de voluntad, seguida de un regreso a los viejos hábitos de bebida cuando termina el mes. Pero según una investigación, a menudo eso no es lo que sucede. Experimentar estas mejoras puede motivar a seguir bebiendo menos a largo plazo, dijo Richard de Visser, psicólogo de la Escuela de Medicina de Brighton y Sussex en Inglaterra, que ha estudiado lo que les sucede a las personas que participan en este reto.

Especialistas pusieron el foco en lo que el cese, aunque sea temporal, en el consumo de alcohol genera en el organismo. La pregunta que muchos se hacen es si verdaderamente un mes de sobriedad hace alguna diferencia en la salud general de las personas, o los bebedores habituales simplemente encubren el problema, sin ningún beneficio perceptible.

“Después de su último trago, el hígado comienza a trabajar horas extras y el páncreas comienza a producir insulina adicional”, dijo el médico clínico Ross Perry. “Es importante beber mucha agua, ya que su cuerpo eliminará las toxinas a través del hígado y los riñones, por lo que irá más al baño”. Es verdad que es posible que el bienestar no se produzca de forma rápida porque “toma hasta 72 horas antes de que se sienta mental y físicamente ‘normal’”, precisó.

Después de dos semanas, “probablemente verá una disminución en el peso corporal, reducción de las bolsas de los ojos y mucha menos hinchazón general alrededor del estómago, así como una piel más clara”, continuó. “Después de tres semanas, la presión arterial puede reducirse. Después de un mes, la piel y los ojos se verán más brillantes y claros: la grasa del hígado se reduce hasta en un 15%, lo que aumenta su capacidad para eliminar toxinas.

El médico aseguró a The Telegraph que la enfermedad hepática leve, como el hígado graso, puede revertirse por completo con el tiempo, si una persona deja de beber alcohol. “Cuando no hay alcohol en la sangre durante varios meses, a menudo, las células del hígado pueden repararse gradualmente y volver a la normalidad”, aseguró.

Además de los mencionados daños en la salud, la intoxicación aguda por alcohol incluye desde la posibilidad de causar accidentes de tránsito, episodios de violencia generados por la falta de impulsos inhibitorios y hasta el coma etílico, que debe ser tratado rápidamente, ya que puede desencadenar cuadros muchas veces fatales.

 

“El consumo desmedido de cualquier tipo de bebida alcohólica es capaz de generar, a largo plazo, trastornos a todo nivel, ya sea favoreciendo la aparición o complicación de enfermedades crónicas como la cirrosis hepática, ciertos tipos de tumores —como el de colon y recto, esófago o mama—, demencia, depresión o ansiedad. La salud del corazón también se ve afectada y es un tema del que no se habla lo suficiente”, explicó el doctor Mario Fitz Maurice, médico cardiólogo, especialista en arritmias y jefe del Servicio de Electrofisiología y Arritmias del Hospital Rivadavia de Buenos Aires,

Un mes sobrio, no solo puede beneficiar la salud física, dijo, por su parte, la doctora Catherine Carney, de la clínica de rehabilitación Delamere en Cheshire, sino también la salud mental. “El alcohol también puede afectar la calidad del sueño, por lo que tendrá más energía” al dejarlo, dijo la experta. “El consumo regular y excesivo de alcohol también puede tener un efecto perjudicial sobre el bienestar mental. En el Reino Unido el 56% de las persona adultas dijo que consume alcohol para relajarse, “es solo un alivio temporal y puede empeorar su bienestar mental en general”, aseguró.

Cuando se trata de la salud física, “beber grandes cantidades de alcohol durante un período prolongado de tiempo puede aumentar la presión arterial a niveles no saludables”, agregó, “y provocar más complicaciones de salud en el futuro”. Por eso, al dejar el alcohol la presión arterial se reduce, “lo que puede ayudar a prevenir insuficiencia cardíaca, derrames cerebrales y ataques cardíacos”.

La especialista observó, además, que el desafío de dejar de beber alcohol por un mes puede promover una “mentalidad negativa” ya que algunas personas podrían suponer que, si puede pasar sin beber durante ese tiempo, “significa que no tiene una relación peligrosa (con la bebida), cuando de hecho, tiene un problema de sustancias”, consideró. “Los bebedores empedernidos podrían usar este mes de sobriedad como una excusa para abusar del alcohol por el resto del año”, subrayó.

Pero hay ejemplos de personas que se sumaron al desafío y luego decidieron continuar sin consumir alcohol. El diario británico citó a Lucy Baker, de 46 años, del condado de Lincolnshire, quien logró restablecer por completo sus hábitos de consumo de alcohol. “Trabajé en publicidad y durante 18 años, mi vida social se centró en el alcohol, era la norma”, dijo. Debió sufrir el embate de los amigos que le insistían en que bebiera “uno solo trago”. “Dejé de beber cuando me quedé embarazada, pero volví a beber socialmente”, contó. Las cosas cambiaron en unas vacaciones en Ibiza el año pasado. “Conocí a un viejo amigo bebedor, quien me dijo que ahora estaba sobrio. Realmente resonó en mí. Cuando llegué a casa pensé: ‘¿Por qué sigo bebiendo?’”.

Luego de abandonar la bebida por un mes “empecé a sentirme muy bien. No bebí mucho en casa, pero tomé la decisión de parar también cuando salía. Fui a una despedida de soltera y tomé tónica, y luego a un par de citas de trabajo sin emborracharme de vino blanco. No tener que preguntarme si tendría resaca se sintió tan bien que me tomó por sorpresa”. La mujer aseguró que no dejó por completo de beber sino que lo hace de vez en cuando. Este nuevo hábito sin el consumo de alcohol cotidiano le aporta más energía. “Voy más al gimnasio. No lo echo de menos, especialmente las resacas. Apoyo absolutamente a Sober October ahora, hace 10 años hubiera pensado: ‘¿Por qué estás haciendo eso?’”.

Sean Gay, autor del libro Sobrio en un planeta borracho (Sober on a Drunk Planet) dijo que la mayoría de la gente siente que bebe “moderadamente”. Su experiencia fue que a los 31 años descubrió que su forma de beber estaba fuera de control y decidió parar. “Estamos condicionados por la sociedad para creer que la bebida y las resacas son ‘divertidas’”, dijo. “Pero para mucha gente, las billeteras vacías, las mañanas inestables y la ansiedad están lejos de serlo”.

El autor cree que “muchas personas han pasado toda su vida adulta consumiendo alcohol como ayuda emocional, por lo que simplemente tener un mes de descanso no deshará repentinamente todos los problemas físicos, mentales, emocionales y financieros causados cuando pueden haber estado consumiendo alcohol desde su adolescencia”. Y recordó que el consumo de alcohol tiene relación con la depresión. “El alcohol también libera cortisol, la hormona del estrés, en nuestros sistemas. Una gran noche de fiesta puede dejar cortisol en nuestro cuerpo durante siete días completos”.

Por su parte, el farmacéutico Abbas Kanani se manifestó a favor de la iniciativa de dejar 30 días de beber. “El principal beneficio de estar sobrio durante un mes es romper un hábito”, dijo. “Se tarda alrededor de 30 días en formar un hábito, por lo que no beber durante cuatro o cinco semanas puede ayudar a dejarlo”. Pero admitió, “30 días sin beber no es suficiente para revertir cualquier daño a largo plazo. Si vuelves directamente a beber, habrá sido una pérdida de tiempo”.

Fuente: INFOBAE

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