No es solo una elección: es la voz del trabajo y la soberanía desde el fin del mundo que juega su futuro
24.10.2025
Este domingo 26 de octubre, más de 153 mil fueguinos están habilitados para participar en las elecciones legislativas nacionales. Se trata de una jornada clave en la que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, y donde Tierra del Fuego elegirá tres senadores y dos diputados para representar a la provincia en el Congreso.
Tierra del Fuego vota en el fin del mundo: ¿quiénes deciden el rumbo desde la periferia?
Este domingo 26 de octubre, más de 153 mil fueguinos están habilitados para participar en las elecciones legislativas nacionales. Se trata de una jornada clave en la que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, y donde Tierra del Fuego elegirá tres senadores y dos diputados para representar a la provincia en el Congreso. Aunque el proceso se repite cada dos años, esta elección tiene un condimento especial: es la primera vez que se utilizará la Boleta Única de Papel (BUP) en comicios nacionales, marcando un cambio histórico en la forma de votar.
Río Grande vuelve a concentrar el mayor peso electoral, con más de 78 mil votantes habilitados, lo que representa el 51% del padrón provincial. Ushuaia, por su parte, reúne el 45% del electorado, mientras Tolhuin se consolida como el tercer núcleo con 6.099 ciudadanos. Pero lo que realmente destaca es la participación simbólica de la Antártida Argentina y las Islas del Atlántico Sur, donde 245 personas ejercerán su derecho al voto en condiciones extremas, reafirmando la soberanía nacional desde los confines del territorio.
El padrón creció un 8,18% respecto a 2021, reflejando un aumento sostenido de la población electoral. Este dato no es menor: implica una mayor participación potencial en un contexto de desafección política y crisis institucional. Además, se incorporaron 112 nuevos electores y se realizaron 376 cambios de mesa por actualizaciones de domicilio, lo que muestra una dinámica territorial que no siempre es visible en los grandes medios.
La elección no solo define cargos, sino modelos de país. En Tierra del Fuego compiten ocho listas para el Senado y nueve para Diputados, con propuestas que van desde la defensa de la soberanía y el federalismo hasta el ajuste económico y la privatización. Entre los candidatos se destacan figuras como Gastón Díaz, Pablo Blanco, Cándida López y Agustín Coto, cada uno con trayectorias que interpelan distintos sectores sociales.
La Boleta Única de Papel promete mayor transparencia y equidad, pero también plantea desafíos. Muchos votantes desconocen el sistema y podrían cometer errores que anulen su voto. La secretaria electoral Paula Bassanetti lo definió como “un hecho histórico”, y destacó que el nuevo formato elimina el cuarto oscuro, reduce el rezago de materiales y agiliza el proceso. Sin embargo, advirtió que la participación podría rondar entre el 68% y el 71%, una cifra que preocupa por su tendencia descendente.
Los jóvenes también tienen un rol protagónico: 4.825 menores de 18 años están habilitados para votar, siempre que hayan renovado su DNI a los 14. Este segmento representa una oportunidad para renovar la política desde la periferia, aunque muchos aún no figuran en el padrón por falta de actualización documental.
En paralelo, los fueguinos que residen en Buenos Aires podrán justificar su no emisión de voto en la Casa de Tierra del Fuego, evitando largas filas en comisarías. Esta medida busca facilitar el trámite y mantener el vínculo con la provincia, incluso desde la distancia.
Finalmente, quienes no voten sin justificación enfrentarán multas de hasta $500, restricciones para trámites públicos y la imposibilidad de renovar el pasaporte durante un año. La ley es clara: el voto es obligatorio para todos los ciudadanos entre 18 y 70 años, y su incumplimiento tiene consecuencias.
Esta elección no es solo un trámite. Es una oportunidad para que Tierra del Fuego defina su lugar en el mapa político nacional, desde sus márgenes geográficos, pero con centralidad estratégica. Votar en el fin del mundo es también decidir qué país queremos construir desde la periferia.
Fuente: CONSENSO PATAGONICO



 
                     
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
  
 